Nuestros padres y nuestros abuelos se casaban muy jóvenes con unas ganas locas de empezar una vida en común y todo lo que eso conllevaba. Hoy en día, nos casamos más tarde pero vivimos mucho más durante la etapa de novios. Los tiempos cambian, pero más tarde o más temprano, el día de la boda sigue siendo uno de los días más felices de la vida.
Nunca antes me había encontrado con una boda de una pareja tan joven. Y ver esas caras de alegría y esa inocencia en sus ojos me ha transportado a los Instantes en los que mis amigas y yo nos pasábamos las horas de nuestra niñez soñando con cómo sería nuestra boda.
Rylee y Andrew tenían 14 y 17 años cuando se conocieron, 5 años más tarde se prometieron en el jardín trasero de la casa de los padres de ella, en la Toscana italiana, y a los 8 meses se casaron en ese mismo lugar. Toda la decoración fue obra de familia y amigos, que crearon un ambiente íntimo y sencillo.
Precioso el vestido de Rylee, hecho a mano con telas y detalles de encaje que fue encontrando con su madre, al igual que los zapatos. Y una tiara de más de cien años y un delicado velo. Me parece una auténtica muñeca vestida de novia.
Hasta el próximo Instante!!
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